Con sueño aún en los ojos
y la apariencia de un muerto
esa mañana no alerto
la fortuna de los flojos
A primer hora del día
estando una vez atento
mi comportar acreciento
sin ninguna cobardía.
La clase de entrenamiento
comienza con el aviso
que pelear es preciso
para el actor en criamiento.
Luego del saludo al sol
con el cuerpo ya entonado
comienza aquel altercado
en que abandoné el control.
Nosotros, los arriesgados
como el hombre que boxea
montamos una pelea
fingiendo daños causados.
Simulando atroz combate
ante miradas perplejas
provocado por parejas,
se presento este debate:
¡NO!- formuló el profesor
aunque sea simulado,
el conflicto planteado
debe provocar temor
En el siguiente intento
bailaba con mi pareja
con la mirada perpleja
de verme que a otro aliento
Los golpes se hicieron ver,
se podía oír el zumbar
de puños al atizar
y en el suelo fui a caer
Planeado como estaba,
un buen puntapié obtendría,
por mi conducta vería
la suerte que me esperaba.
La sensación fue real
el pie a mi labio atinó
la sangre de ahí brotó
en la batalla campal
mi compañero afligido
por su buena puntería
un ungüento me daría
por el dolor infringido
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