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Subject: Mauricio Díaz - Historia veridica
Date: Mon, 25 Feb 2013 00:04:18 -0600
Historia Verídica
Recuerdo mucho una anécdota de mi infancia en la cual aprendí una buena lección, esto ocurrió un miércoles de ceniza hace ya 20 años, yo estaba en sexto de primaria en la escuela Ma. Soledad Fernández aquí en Zacatecas, a esa edad ya se asomaba en mí la inquietud de la adolescencia refiriéndome a la rebeldía hacia la autoridad de la gente mayor. Aquel día me encontré a la entrada de la escuela con dos de mis mejores amigos, Víctor y Francisco decidimos no entrar e ir a esperar a que abrieran las famosas "maquinitas" que estaban en la rinconada de catedral, faltaban dos horas y pasábamos el tiempo coleándonos camionetas y corriendo de un comercio a otro jugándoles bromas a los pobres trabajadores que les sobraba nuestra enfadosa presencia, después de malgastar nuestro dinero en las dichosas "maquinitas" decidimos cambiarnos el uniforme por ropa normal, recuerdo haberme puesto una cachucha de los laquers que me había tardado en comprar juntando algunos domingos, pero aquella vez era justo darme el lujo de ponérmela para regresar a la escuela y contar nuestra épica aventura, al llegar a la hora de salida sorprendimos a nuestros compañeros con la visita y las hazañas que habíamos hecho mientras ellos estudiaban en el salón, todos hablaban de nuestra aventura y proponían nuevas formas para no asistir a la escuela y emprender ese viaje trepados de las camionetas hacia las "maquinitas" al retirarnos de los alrededores de la escuela para regresar a casa, Guillermo otro amigo que si había asistido a clases ese día, me pidió que me fuera con él pero yo decidí irme con los grandes, sintiéndome como si hubiera pasado esa barrera en donde un niño es grande, por ese camino diferente al de Guillermo, un pequeño callejón al lado de la escuela por el cual nos encontramos con un grupo de chavos de secundaria acompañados de un personaje apodado "el chopper" un cholo del barrio del cobre, el encuentro no tuvo mayor incidentes que saludos y retos sin sentido entre algún amigo y otro cavo hasta que el "chopper" fijara su vista en mi cachucha, sentí ese no se que de estar en el lugar incorrecto a la hora incorrecta y al darle la espalda sentí un empujón al mismo tiempo que pateaba mi pie para hacerme caer, lo cual no logro por que ya estaba prevenido de sus intenciones pero eso no me salvó de sus puños cerrados chocando sin piedad alguna sobre mi rostro, acompañados de maldiciones que solo había escuchado en esas películas para gente grande, logre defenderme un poco lo suficiente para que sacara una navaja y me arrebatara la cachucha que tanto me había costado, todo paso muy rápido también esa sensación de chico grande que no seguía las reglas para regresar a ese estado infantil en el que se es vulnerable, recuerdo haber recorrido todo el camino a casa con la mirada hacia abajo con la idea de que diosito me había castigado por haberme hecho " la vaca " en un miércoles de ceniza.
José Mauricio Díaz Fernández.
En lo personal la historia me parece buena, considero que pudiste hacer uso de de la economía de medios, y lograr lo máximo con lo mínimo, cumples con las circunstancias iniciales, y la idea principal de tu historia sería tu manera ver la situació como un castigo.
ResponderEliminarY recuerda!! sólo de solamente se acentúa, solo de soledad no se acentua!! saludos!!
Andrea González Fernández
jejeje, esta divertida e interesante; pero sin embargo creo que hay mucha descripción y pudiste haber dejado más cosas a la imaginación.
ResponderEliminarMiguel Angel Lopez Miss
Muy mala
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